miércoles, noviembre 26, 2003

Ya quiero poner mi arbolito y toda la decoración navideña en mi casa (que es su casa). Pero para hacerlo tengo que empezar con el ritual de limpieza general y eso me da mucha flojera, tengo que mover todos los muebles de la casa para reacomodar las cosas y hacerle espacio al invitado principal de mi decoración (el pino navideño), limpiar cada esquina, rincones, paredes, techo, y no se que tantas cosas más. Todo esto por enseñanza de mi madre.
Recuerdo que cuando era niña en lugar de que nos diera emoción esto de poner el arbolito de navidad y el nacimiento en la casa, a mis hermanas y a mi nos daba mucha flojera, porque primero teníamos que limpiar toda la casa, si toda, de punta a punta y del piso al techo. Yo nunca entendí porque pero me quedo la costumbre. Ya después que estaba todo limpio mi mamá no nos dejaba que pusiéramos nada, ni una esfera, primero que porque las rompíamos y después que porque no sabíamos donde ponerlas y el pino quedaba muy mal arreglado, total nunca la entendí si no era una cosa era otra, el caso es que nos quedábamos nada más viendo como lo decoraba ella.
A veces pasaban cosas chistosas, como una vez que de una caja donde guardaba unas figuras del nacimiento salió una rata, nosotras (mis hermanas y yo ) salimos corriendo y ella (mi mamá) nos regaño y ahora si nos dijo que le ayudáramos a matarla. A mi siempre me han dado horror esos animales y me asustaba mucho y no podía hacer lo que ella me decía y pues más se enojaba y me gritaba que ya no fuera escandalosa que le diera con la escoba cuando viera que la rata iba para donde yo estaba pero yo mejor daba un brinco como si tuviera un resorte en los pies, nunca he vuelto a brincar de tal forma, yo creo que porque no me he topado con otra rata.
En esta temporada siempre me vienen muchos recuerdos, ya después les contaré otras de mis historias de Navidad.

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