jueves, octubre 04, 2007

Anoche ...

Anoche te vi, te abrace, te dije que te quería mucho y te di muchos besos. Tu me dijiste yo también te quiero. Te tape porque me dijiste sentías frío. Pensaba quedarme contigo esa noche, pero tú ya tenías tu destino y ese era emprender el viaje para alcanzarlo a él.
Yo estaba ahí al lado de tu cama cuando te fuiste, íbamos a darte tu medicina, pero eso ya no fue necesario. Tu cara reflejaba tranquilidad, quiero creer que fue como un descanso para ti y que ahora estas junto con él en ese lugar a donde todos iremos un día y volveremos a estar juntos.
Tengo tantos recuerdos de ti, contigo. Compartimos muchas cosas, muchos ratos. Siempre me consentiste con mis platillos favoritos. Voy a extrañar tu risa, tu voz, tus cariños, voy a extrañar que me digas “preciosa” mientras me agarras de la cara y me das un beso, que me preguntes por como van las cosas en el negocio, y que me digas “hija que bueno que no tienes marido”, creo que tú eras la única que entendía que estoy bien y no me siento sola.
Recuerdos, nos dejas miles. Todos llenos de sonrisas. Eras tan ocurrente, me acuerdo esa vez que venían del rancho y los paró un reten en la carretera, el militar les preguntó que llevan, y tú dijiste nomas unas yerbitas, y los bajaron de la camioneta para revisarla. Cada vez que nos contabas eso nos daba tanta risa. Tenías una forma tan tuya de contar las cosas que siempre nos hacías reír.
Me siento feliz de tener tantas cosas que contar de ti, creo que no me va alcanzar la vida para agotar todos esos recuerdos, por eso estoy segura de que siempre estarás con nosotros, en nuestra mente, en nuestro corazón.
Nos diste tanto, tanta vida, tantos detalles, tanto amor.
Te quiero mucho, te extraño mucho y nunca, nunca te voy a olvidar.