El sábado pasó algo que creo cambiara radicalmente mi vida. Es triste darse cuenta que las cosas no son lo que parecen. Lo más triste es que ya me lo habían dicho, que yo misma me había dado cuenta, pero tuvo que pasar algo para que comprobara que todo era así, como lo veía, como todos lo veían, pero yo no quería aceptarlo. Siempre encontraba excusas, pretextos, razones, ahora me doy cuenta de que nada de eso era real, que yo solo era un vehículo de utilidad. Que triste pero así es.