lunes, junio 07, 2004

Ayer domingo fue un domingo como todos. Un día de quedarse en casa a descansar y ver televisión. Pero hubo una pequeña diferencia, algo que hace mucho tiempo no pasaba y que me hizo muy feliz. Lo que pasó fue que mi querido retoño se quedó conmigo en mi recamara viendo televisión. Generalmente el también se queda en casa viendo televisión pero en su cuarto, y ayer por una extraña razón que no sé, y tampoco pregunto por miedo a echar a perder el momento, +él decidió quedarse ahí conmigo. Así que los dos nos quedamos toda la tarde tirados en al cama viendo El Rey León y disfrutando uno de la compañía del otro. ¡Que bonita familia!

No hay comentarios.: