Una de las cosas que más disfruto en la vida es un masaje de pies. Es algo tan delicioso y relajante que podría estar así por horas. Alguna vez leí por ahí que la parte más sensible para los nativos del signo de piscis (como yo) son los pies, y pues al menos conmigo no se equivocaron, porque cada vez que alguien me da un masajito o ya por lo menos una sobadita en los pies yo me siento en la gloria. Claro que también debo decir que mis pies son un poco tontos, pues de repente se andan tropezando por ahí y en más de una ocasión el tropezón a terminado en caída, con sus consecuentes raspones y moretones en rodillas. Pero bueno no se les puede pedir que sean perfectos, ya bastante hacen con llevarme y traerme a todos lados, aguantar mis maratónicas jornadas de pie en las noches de fiesta y uno que otro pisotón, así que por eso los consiento llevándolos periódicamente a que los consientan y los pongan lindos, así yo también me siento linda.