martes, julio 27, 2004

Mi abuelita, la que me consiente, la que me chiquea, la que me dice preciosa, la que me prepara los chiles rellenos que tanto me gustan, esta en el hospital. Su corazón siempre a estado delicado, yo creo que es por tanto amor que nos da, pero ahora lo está un poco más. Aparentemente se ve bien, pero los médicos dicen que no es así que está delicada, que la tenemos que cuidar y no dejarla sola. Anoche me quede con ella en el hospital, y la pobrecilla estaba más preocupada por mí que por ella, me preguntaba si ya había cenado, si no tenía frío, qué como me iba ir a trabajar después de quedarme toda la noche ahí, etc. Y por más que le decía que no se preocupara ella insistía. Finalmente se quedó dormida y descansando, yo mientras me acosté en el piso me acomodé de tal forma que la luz me entrara para poder leer un rato, hasta que ya le sueño me venció y me quede dormida a un lado de su cama, la verdad que si descansé y cuando ella me necesitaba pues me despertaba sin ningún problema. Yo quisiera hacer más por ella pero no puedo más que consentirla y cuidarla como ella lo ha hecho conmigo siempre. Me preocupa verla así, siento miedo, pero no puedo dejar que ella lo note, tengo que estar tranquila, todas tenemos que estarlo para que ella este tranquilita y pronto pueda salir de ahí.
Ella es tan linda conmigo que me dijo: "hija, nada más que me sienta bien te preparo tus chiles rellenos." Me dio tanta ternura que casi me pongo a llorar, pero me aguante y le regale una sonrisa, ella me regalo otra y con esa sonrisa mi día se pinto de rosa.

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