miércoles, diciembre 03, 2003

Volviendo al tema de las mascotas en mi casa, aquella lagartija de la que escribí hace algunos días gracias a mis ruegos e insistencia dejo la pecera para seguir vagando por las paredes y techo de la casa. Pero resulta que mi querido retoño no se resigna a no tener ninguna mascota y sigue haciendo intentos y ahora tenemos dos nuevas mascotas, ¿o debería decir víctimas?, en casa.
¿Qué, que son estas dos nuevas mascotas? dos ratonicillos, de esos chiquititos que parecen prematuros, es uno blanco que se llama “Flema” y otro negro de nombre “Gargajo” , pobres animales desde el nombre ya llevan la penitencia, no entiendo el gusto por ponerles ese tipo de nombres a estos animalitos, el ratón que antes tenía se llamaba “Moco”.
Bueno estos dos nuevos habitantes de mi hogar, ya están instalados en la misma pecera en la que estaba la lagartija, solo que ahora está acondicionada para ellos, bueno eso según mi retoño, yo nada más vi que le echo un montón de algo así como aserrín y le puso una cosa que no sé como se llama para que tomen agua, y ahí les echa su comida. Ellos (los ratones) se pasan la mayor parte del tiempo dormidos, o al menos cada vez que yo me asomo así están, o tal vez sea que están mareados de tanto ir y venir, porque a los pobres los trae para arriba y para abajo, donde está él quiere que estén ellos. Ya en la noche los tapa con un trapo que para que no les entre luz y se duerman, espero que no les vaya a poner una tapa y luego no los deje respirar y se mueran como el pobre del Hamster del cual no recuerdo su nombre.
El se da una divertida con esos animales y conmigo, porque como sabe que no me gustan y me dan mucha “cosa”, se aprovecha para asustarme, como le otro día que yo estaba en mi cama escribiendo unas cosas y con la televisión encendida, el llegó y comenzó a preguntarme cosas y yo no dejaba de hacer lo que estaba haciendo mientras hablaba con él, pero me pareció algo sospechoso porque no dejaba de reírse mientras hablaba y entonces voltee para preguntarle que pasaba y que lo veo con los ratones en la mano ahí cerquita de mi, me pegue tremendo susto que di un grito y un salto como aquel que había dado hace muchos años con esa rata que salió de entre las cajas del nacimiento en casa de mi mamá, él como era de esperarse se botó de la risa y de inmediato bajo a contárselo a sus amigos que también se rieron, ¡ahora resulta que también soy su chistecito!
No se cuanto tiempo más vayan a durar esos animalitos en la casa, yo espero que no mucho porque no me gustan, pero también me da no sé que porque me imagino que su destino será como el de los otros, no puedo decir que me da tristeza pero si me da cosa.
Qué cosa, ¿no?

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