martes, octubre 19, 2004


Siempre intento ser comprensiva y tolerante. No digo que siempre lo sea, sino que intento serlo. No me gusta tener problemas por cosas insignificantes y prefiero dejarlas pasar, pero muchas veces por más esfuerzos que hago no puedo controlar mi malestar ante ciertos comentarios o situaciones. Las últimas semanas no se por qué, pero así me ha pasado no me aguanto y estallo, me levanto del lugar donde esté y me salgo como dice mi abuelita ?como alma que lleva el demonio? . No lo hago por berrinche, quiero decir no por llamar la atención y que salgan detrás de mi preguntando que me pasa, lo hago porque no puedo controlar el coraje o el dolor que siento en ese momento y prefiero estar sola, gritar, llorar o hacer lo que sea que me desahogue, yo sola sin ningún testigo. La verdad es que a veces esas situaciones son insignificantes pero es como la gota que derrama el vaso, es lo último que puedo tolerar y pues el vaso se derrama o se rompe. En ese momento lo único que quiero es estar sola y por eso me voy.En esos momentos solo pienso en mi, en estar tranquila. Pero después cuando todo se tranquiliza, cuando ya las cosas están en su lugar, me siento mal por haber actuado así, y eso no me gusta, por qué no puedo olvidarme de los demás y pensar solo en mi, finalmente no les hice nada, solo salí a tomar aire, a respirar o a descansar a mi casa, no discutí con nadie, no grite, no arme un escándalo, solo me retire.

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