martes, enero 06, 2004

Alguien vino, aquí a mi oficina usando ese perfume que tú usas (o usabas). Ese que te compre algunas veces para asegurarme que siempre olieras así como la primera vez que te vi, como me gustaba. Me vinieron tantas cosas a la mente, tantos recuerdos. Quise volver a sentir tus brazos rodeándome, recargada en tu pecho y aspirando ese aroma que ahora me trae estos recuerdos. Pero todo son recuerdos, ya no hay nada de eso, y yo me siento feliz por recordar algo tan bonito y poder sonreír mientras lo recuerdo.

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