viernes, noviembre 26, 2004

A veces siento que el alma se me inunda de lágrimas, de esas que me trago para no derramar. Será por eso que en días como hoy no puedo impedir que salgan por más que cierre los ojos, por más que los apriete. Tengo un nudo atorado en la garganta, y siento otro en el estómago, necesito aire y no puedo respirar.

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