lunes, noviembre 22, 2004

Es sorprendente como algunos acontecimientos destapan un montón de sentimientos y pensamientos guardados como en una olla de presión. Eso me paso el fin de semana, no les voy a contar lo que pasó porque no tiene caso, el caso es que me hizo sentir muchas cosas, pensar otras tantas y tratar de acomodarlas todas de acuerdo a lo que me dice la razón y no el corazón. Sé perfectamente que se piensa con la cabeza y que los sentimientos no son mas que la consecuencia de dejarnos llevar. Hace tiempo me hice la promesa de que no me iba dejar llevar por nada ni por nadie, pero creo que estoy faltando a esa promesa y me duele profundamente saber que no soy tan fuerte como pensaba. Me molesta dejarme arrastrar por cosas que no me llevan a ningún lado, y siento vergüenza al aceptarlo y escribirlo, pero también siento la necesidad de hacerlo. Hoy solo sé que estoy en el limbo, un lugar para pensar, analizar, razonar y evaluar cada persona, cada sentimiento, dejando el corazón de lado y siguiendo a la razón.

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