miércoles, diciembre 29, 2004

Los días de diciembre son como las hojas finales de un cuaderno, esas que vas contando para saber cuanto tiempo te falta para tener un nuevo cuaderno. Termianmos el cuaderno con deseperación por comenzar uno nuevo, llenos de emoción y de buenos propósitos.

Este año mi vida fue como un yoyo unas veces arriba y otras abajo, pase del estado de euforia a la depresión en una misma semana varias veces, no digo que mi año fue malo, pero no fue tan bueno como el 2003. Este 2004 no hice nada de provecho, no aprendí nada, ni realice ningún proyecto. Este año me mantuve más tiempo preocupada por los demás, por sus depresiones, problemas, sentimientos que por mi misma, al final todo eso me canso y ahora estoy en una etapa de egoísmo a la que llegue después de una detenida evaluación sobre ciertas situaciones y personas, no espero que nadie comprenda, no si no le interesa comprenderme, solo pido que respeten mi decisión.

Siempre he dicho que cada minuto soy una persona diferente y nunca vuelvo a ser la misma, y no me refiero a las marcas que deja el paso del tiempo en la piel, si no a las que deja la vida dentro de mi, a las experiencias buenas y no tan buenas. Malas? ninguna, porque todas me dejan algo bueno, algo que aprender. Cada una de esas experiencias me hacen ser la persona que ahora soy, y que es una persona mejor que la anterior. Este año que termina mi vida y mi alma se enriqueció de mil formas, con lágrimas y sonrisas, con gestos y miradas, con palabras sinceras y no sinceras, con buenas y malas compañías, con alegrías y tristezas, con depresiones, en fin muchas cosas. Este fue un año rico en sentimientos, sensaciones y pensamientos y no me arrepiento de nada de lo que hice, pero si de lo que deje de hacer. En este año reforcé lazos de amistad, conocí gente nueva y lugares nuevos, me di el tiempo para hacer cosas buenas de las que no cuento mucho porque no me gusta hacer alarde de ellas.

Le agradezco a Dios, que me dio la oportunidad de vivir un año lleno de matices, de sorpresas, de emociones, no importa de que tipo. Le agradezco la salud que me dio a mi, mi retoño y mi familia, le doy las gracias porque me enseño que tengo la fortaleza de enfrentar muchas cosas sola, pero que siempre tengo el apoyo de a gente que me quiere y se preocupa por mi, le doy gracias porque cuida mi corazón para que sea el mismo, solo más rico, más lleno de amor por todos los que me rodean y por los que se han alejado un poco. Le doy gracias porque mantuvo mi familia unida, porque los pude ver sonreír muchas veces y llorar muy pocas, porque aunque tenemos pequeños problemas, somos afortunados nos tenemos unos a otros, y lo tenemos a él que nos llena de bendiciones.

Y a todos los que pasan por aquí, les deseo un muy feliz 2005 desde los más profundo de mi corazón, que cumplan sus deseos y recuerden que debemos trabajar para lograr cada uno de esos propósitos que enlistamos, nada cae del cielo, cada uno tiene por lo que trabaja si lo hacemos de corazón y con el corazón lo lograremos.
A todos, besos y abrazos sinceros.

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