miércoles, febrero 16, 2005

Ya hace un buen rato que no escribía un post sobre mi retoño y las cosas por las que me hace pasar, así que aquí va una más de nuestras experiencias como madre e hijo.
Como todo adolescente a mi retoño le gusta pedirme el carro para ir a la tienda, pero bien sé que se va más allá de los límites que yo le indico. Yo como toda mamá pues me quedo con el pendiente de que no se le vaya atravesar algún niño o que no se pase un alto, etc. Ya tiene un rato manejando y afortunadamente no habíamos tenido ninguna mala experiencia. Pero hace como 15 días un domingo le preste mi carro para que fuera por unas cosas (según él) a la casa de un amigo, recuerdo que cuando regreso y le pregunte que porque se había tardado me dijo que se había quedado platicando, a mi no me pareció extraño pues es muy normal que uno se quede platicando aunque nada más vaya de pasadita. Total, me entrego las llaves del carro y ya, la día siguiente aquí en la oficina me preguntaron que porque uno de los espejos retrovisores tenía un golpe, y yo, un golpe???, donde???, y pues si efectivamente tiene un golpe, así que cuando llegue a la casa le pregunte a mi adorable retoño y él me dijo que cuando lo saco de la cochera le pego con el brandal, cosa que no me pareció extraña pues ya una vez yo me lleve el mismo espejo y de la misma forma. Así pasó la semana y yo lo veía medio extraño, como preocupado, pensativo. Yo le preguntaba que le pasaba y él me decía que nada o que la escuela, pero no me convencía, así que le insistí, pero él me decía es que te vas a enojar y me vas a regañar, mejor yo veo como salgo del problema. Le dije que no lo iba a regañar que me contara lo que pasaba y yo le ayudaba a salir del problema, me dijo es que necesito mucho dinero para arreglar algo. Cuando me dijo eso lo primero que se me vino a la cabeza fue este ya embarazo a alguna niña, o que tal que anda en un lío de drogas, no se me vino el cielo encima! Así que respire profundo y le dije, a ver dime para qué lo necesitas y yo te ayudo, pero dime la verdad, no te voy a regañar ni me voy a enojar, vamos a solucionar el problema y ya después platicamos de todo eso. Entonces me contó que el golpe del espejo no se lo había dado al brandal, sino a una camioneta y que el dueño de la camioneta le pedía $3,000, yo le dije pues que le hiciste?, no, pues un rayón y le rompí una de las calaveras de atrás. Y que camioneta es, nueva o qué?, no, pero según que la pintura es especial y no se que rollo. Ay, Hijo! Le dije que cuando le llamara el tipo ese le dijera que ya había hablado conmigo y que fuera a la casa para arreglar todo, y que la próxima vez que pasará algo así me llamara en el momento para que no se aprovecharan de la situación.
Cuando llamo el tipo, él ya le dijo que fuera a la casa y pues el señor fue el domingo en la tarde, y ahí fue donde paso algo gracioso. Ese domingo me dio la gana de ponerme una falda de mezclilla larga larga hasta el piso y mis converse celestes, con una playerita celeste, ósea que andaba yo en la misma onda que mi retoño y sus amigos. Como a las 3 de la tarde llego el señor y entonces me avisa mi retoño para que baje y pues ya voy y lo saludo y me presento, buenas tardes soy la mamá del niño, y el señor se queda muy serio y le dice, "no estoy para bromas, háblale a tu mamá" , pero si yo soy su mamá!, pero el insistía que no que yo o era su hermana o una amiga que le quería hacer el paro para que la mamá no se diera cuenta, y mi retoño y yo insistiendo que si era la mamá, y nos daba una risa y pues lógico el pobre señor pensaba que nos burlábamos de él. En eso salieron los amigos de mi retoño que estaban en la casa y él les dice, verdad que ella es mi mamá? y ellos, si ella es su mamá, pues ni así convencimos al señor, hasta que sale una vecina y pues los niños, le dicen, es más pregúntele a ella, y pues sí el señor le pregunto, y ya ahora si pude negociar lo del golpe y de los 3,000 pesos que quería nada más le di 1,000. Cuando entramos todos a la casa, los amigos de mi retoño se comenzaron a reír de la situación, de nosotros tratando de convencerlo de que si era la mamá y él seguro de que era un plan para que la mamá no se enterará, nos pasmos una buena parte de la tarde recordando las veces que nos ha pasado esto, ya que no es la primera vez, pero en las ocasiones anteriores era con los amigos de él, no con personas mayores.

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