Este fin de semana fue la Expo Tatuaje aquí en Monterrey, según me entre es el 9° año que se organiza, pero es la primera a la que yo voy. No iba hacerme ningún tatuaje o perforación, pero en verdad que el ambiente ahí como que te magnetiza y al rato ya estaba yo viendo dibujitos y con la cosquillita de hacerme uno, pero no! resistí a la tentación y me regrese como llegue, sin un tatoo más. Me llamo mucho la atención ver a los artistas tatuadores con sus familias, ahí estaban con su pareja, algunas en la misma onda que ellos llenas de tatuajes y otras solo con algún pequeño dibujito, también llevaban a sus bebes, era extraño y lindo verlos así con tanto tatuaje y perforaciones que me dan la sensación de ser personas rudas y cargando y alimentando al bebe, era una mezcla rara de ternura, perforaciones y color. Ya sé que son personas comunes y corrientes como yo y como todos, pero aún nos dejamos llevar por lo que dice la sociedad ( debería decir suciedad?) y pues verlos así en actitud de papá no es algo que imaginemos.
Sobre los tatuajes, respeto a quienes se los hacen solo porque quieren dibujar algo sobre el cuerpo, pero creo que es algo que va más allá de eso, es algo más que hacer un dibujo sobre la piel, es marcar una etapa, un crecimiento, algo importante en la vida. Esa es mi manera de ver un tatuaje, es algo que se debe sentir.
La foto es de un tatuaje que le hicieron ayer a una persona que conozco, no puedo decir que es mi amiga, pero le tengo cierto cariño, y pues a ella le gustan las estrellas así que ya tiene tres en la espalda. Eso si la pobrecita sufrió por el dolor, hasta se puso pálida, pero bueno quería sus estrellitas, no? y todo en esta vida tiene un precio, todo cuesta, todo duele.

Ahh! sorry por el charolazo en la foto, es por la lamparita del tatuador, ni modo que se la apagara, verdad?