jueves, abril 14, 2005

Alguna vez ya escribí de lo mucho que me cuesta ( y antes mucho más) decir no y del miedo que tengo a que me lo digan. Antes no aceptaba que era miedo, me excusaba diciendo que me gustaba ver a la gente feliz que no me gusta pedir cosas para no ser latosa, etc. Pero la gran verdad es esa que me da miedo el escuchar y decir NO. Esto me ha creado infinidad de conflictos y problemas de los que después no se como salir. Por no decir un no a tiempo he dejado que personas se aprovechen de mi, que abusen de mi disposición y en algunas ocasiones hasta me llegue a sentir culpable por no poder hacer algo por alguien. Afortunadamente para mi, esto ya es algo que va cambiando, no voy a decir que digo todos los NO que pienso y realmente quiero decir, pero si la mayoría, tal vez algunas veces lo diga en un tono muy imperativo y por eso la gente piense que estoy molesta, pero no es eso es solo que estoy siendo firme en mi decisión. Ya se acabaron los tiempos en que intentaba complacer a todos pasando por encima de mis propios deseos y necesidades, ahora primero esta mi bienestar, mi salud mental, mi felicidad. Y no es que no quiera complacer a los demás, claro que lo haré de vez en cuando, tampoco se trata de hacer mi voluntad, solo que seré más selectiva para eso, porque no todas las personas son buenas, aunque me cueste creer hay quienes se aprovechan en mala onda de esa forma mía de ser y ya no estoy dispuesta a que la gente me use.

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