martes, septiembre 30, 2003

Siempre he pensado que si mi vida fuera una película, sería un musical.
La música me hace sentir tantas cosas, me hace “viajar”. Me lleva desde la nostalgia de recordar alguna época o alguna persona, hasta la emoción de imaginar lo que podría llegar.
Con la música me hago mis historias, algunas reales y otras ficticias.
La disfruto tanto que me es difícil de explicarlo, solo puedo decir que es como si una corriente eléctrica me recorriera la piel, y se metiera por los poros para llegar a lo más profundo de mi ser, llenándome, colmándome con cada nota, con cada sonido, con cada vibración. Esa sensación se queda ahí por algunos minutos, y yo me abandono a ella, disfrutándola, cerrando los ojos, sin que nada más me importe, sintiendo como corre por mis venas, como recorre cada espacio de mí, dejando que se forme ese torbellino de emociones en mi pecho, a veces difícil controlar, más bien prefiero no hacerlo. Me gusta más que el me domine, me dejo llevar, sentir lo que venga, lo que la música me diga.
Ella es mi cómplice en los momentos más felices, en los más tristes y sobre todo en los momentos más inquietantes.

No hay comentarios.: