No, la foto no la tome yo. Pero me habría encantado hacerlo, sobre todo porque eso me hubiera dado la oportunidad de estar en ese lugar y sentarme en esa silla, relajarme, hundir los pies en la arena y sentir las olas del mar. Disfrutar del aroma de la birsa salada y el sol calientito tocando mi piel. Cerrar los ojos y soñar despierta, abrirlos y ver ese hermoso azul del mar y el cielo tratando de tocarse en el horizonte, como si fuesen dos tímidos amantes. Pasaría horas sentada en esa silla, soñando e inventando historias, y tal vez, encontrando alguna realidad.
jueves, junio 23, 2005
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